Un exhaustivo análisis de la educación basada en competencias, bosqueja el modelo de los estudiantes del futuro: alumnos que diseñan sus propios caminos de aprendizaje en un sistema flexible y adaptable.
El sistema educativo basado en competencias intenta empoderar a estudiantes con habilidades y conocimiento en diversos campos de estudio, a través de programas educativos flexibles y a la medida.
Imagen: Bigstock
Un exhaustivo análisis de la educación basada en competencias realizado por Getting Smart, bosqueja el modelo de los estudiantes del futuro; alumnos que diseñan sus propios caminos de aprendizaje en un sistema flexible y adaptable.
Según los especialistas del reporte, el objetivo de un sistema basado en competencias es generar individuos preparados para los retos del futuro; empoderar a estudiantes con conocimientos y habilidades en diversos ámbitos y campos de estudio, en un programa educativo flexible y a la medida de cada alumno.
Las competencias que los estudiantes deben dominar incluyen objetivos de aprendizaje explícitos y medibles. En este modelo educativo los estudiantes reciben apoyo oportuno y diferenciado en función de sus necesidades individuales de aprendizaje.
Así mismo, los investigadores del reporte definen cinco características que delinean a un estudiante autosuficiente y que dirige su propio aprendizaje.
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Poseedores de conocimiento. Curiosos de su entorno, su cultura y su historia. Interesados en las ciencias y la matemática detrás de los fenómenos. Participativos buscadores de la justicia y la democracia.
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Maestros de alfabetizaciones fundamentales. Obtienen competencias necesarias para prepararse para la universidad, ejercer la profesión y la vida. Son lectores críticos. Escritores convincentes, pensadores matemáticos y visualizan datos de forma efectiva.
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Pensadores originales. Lidian con el conocimiento conflictivo. Crean muchas ideas en situaciones nuevas y ambiguas. Replantean, imaginan y ven problemas desde diferentes perspectivas.
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Colaboradores generosos que resuelven problemas. Trabajan en equipo y brindan sus fortalezas. Buscadores de talentos que valoran la experiencia en otros. Ciudadanos inquisitivos del mundo que buscan y respetan la diversidad y los distintos puntos de vista.
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Aprendices de por vida. Autodidactas y autodirigidos. Aprendices curiosos sobre sí mismos y el mundo. Inventores de sus propios caminos de aprendizaje, carrera profesional y vida.
Retos para su implementación
Este sistema con estudiantes proactivos y autodirigidos reta a al aprendizaje tradicional, sin embargo, su adopción no es una alternativa sencilla. Surgen distintos cuestionamientos:
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¿Cómo definir las competencias que los estudiantes deberán dominar? Restringir el conocimiento a unas cuentas competencias puede ser reduccionista y de difícil evaluación.
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¿Cómo transformar los sistemas educativos? Cambiar de paradigma es un desafío técnico, pedagógico y cultural.
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¿Qué herramientas usar? Las plataformas y los materiales actuales se enfocan en edades y no están diseñados en competencia y no responden a progresos individuales.
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¿Cómo evaluar? Calificar e informar el progreso de los estudiantes mientras dominan competencias o agregar medidas de éxito en un nuevo sistema evaluativo son desafíos nuevos.
En teoría la educación se debería adaptar a las necesidades de cada estudiante. La educación debería dotar de competencias a los futuros profesionistas para ajustarse de manera adecuada a los puestos laborales que el mercado y la tecnología demanden. Sin embargo, aún no existen estos programas educativos capaces de lograrlo. La tarea será desarrollar estos nuevos ecosistemas educativos.
Si estas interesado en este tema y quieres saber qué están haciendo algunas instituciones de Estados Unidos al respecto, te invitamos a revisar el reporte completo aquí.
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