Christian Guijosa
Según una encuesta realizada a líderes académicos, este modelo prepara mejor a los estudiantes ante los retos laborales y favorece a los estudiantes considerados como “no tradicionales”.
Imagen: bigstock
Un reciente reporte exalta el optimismo de líderes académicos sobre la efectividad de la educación basada en competencias (EBC) en la experiencia educativa, no obstante, evidencia poca adopción y barreras para su implementación.
¿Qué es el aprendizaje basado en competencias? Aunque existen innumerables definiciones, en todas ellas el currículo se centra en el desarrollo de competencias específicas, el progreso se evalúa con el dominio o demostración de una capacidad y el tiempo para dominar estas competencias es variable dependiendo el estudiante y el programa académico.
Una encuesta emprendida por American Institutes for Research y Eduventures, recolectó el sentir de líderes educativos de más de 500 universidades estadounidenses sobre sus emprendimientos en estrategias de EBC. La opinión generalizada percibe este modelo como efectivo y atractivo para los estudiantes, sin embargo, existen barreras significativas para su implementación y escala.
Datos clave de la encuesta:
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La mayoría de los encuestados piensa que este modelo prepara de mejor forma a los estudiantes ante los retos laborales y favorece a los estudiantes considerados como no tradicionales (mayores de 25 años, trabajadores, con familia, pertenecientes a minorías étnicas, entre otras características).
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A pesar de que cada vez más instituciones adoptan este tipo de programas, la mayoría no las implementa con rigor o de manera completa. Es decir, contrario a lo recomendado, muchas instituciones miden el avance de sus programas mediante horas de clase; no exigen el dominio de competencias para avanzar entre unidades; y no hay personalización del currículo dependiendo el ritmo del estudiante.
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En la mayoría de las instituciones que adoptan estos modelos, el profesorado es el encargado de definir las competencias, evaluar el desempeño de los alumnos y diseñar contenido instructivo.
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El 53% de las instituciones que implementa de manera total este tipo de programas lo hace en grupos de 50 estudiantes o menos. Sólo el 4% lo lleva a cabo con más de 1000 estudiantes.
Barreras de implementación
Debido a que la educación basada en competencias tiene un enfoque poco convencional, los líderes del programa pueden encontrar obstáculos locales para la implementación en sus campus, que van desde los procesos institucionales y la infraestructura, hasta la falta de interés de los involucrados. Los factores externos, como las regulaciones de acred
itación y ayuda financiera, también pueden minar la decisión de una institución de implementar estos modelos.
itación y ayuda financiera, también pueden minar la decisión de una institución de implementar estos modelos.
Los investigadores señalan que la proliferación de este modelo en programas educativos integrales, y no sólo en algunos cursos del currículo, dependen de la disposición y poder económico de cada institución. Además de la capacidad de las universidades para capacitar y motivar a su profesorado.
Si quieres conocer más acerca de la educación basada en competencias, te invitamos a descargar el reporte gratuito desarrollado por el Observatorio.
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