De acuerdo con el director del Centro de Educación y Fuerza Laboral de la Universidad de Georgetown, Andrew Carnevale, las habilidades demandadas por la industria están evolucionando más rápido que la educación. ¿Qué pueden hacer las escuelas para seguir el paso? Asociarse con las empresas.
Imagen: Bigstock
Las escuelas deben entender cómo están cambiando la fuerza laboral y las carreras, buscando conocer qué habilidades serán esenciales para preparar a los estudiantes y garantizarles mayor éxito en el futuro. Pero si las habilidades requeridas cambian tan rápidamente, ¿cómo pueden las escuelas y los estudiantes mantenerse al día? Uniendo fuerzas con las industrias.
De acuerdo con Achieve, una organización sin fines de lucro, el 62 por ciento de los empleadores piensa que las preparatorias están haciendo un mal trabajo al asesorara sus alumnos para ingresar a la universidad o elegir una carrera. Sin embargo, piensan que involucrarlos con empresas puede exponerlos a la realidad de la vida laboral y mostrarles las habilidades que usarán y conocerán el campo ellos están considerando elegir.
Andrew Carnevale, director del Centro de Educación y Fuerza Laboral de la Universidad de Georgetown, explica que la idea detrás de las asociaciones con la industria ha existido desde los años 80, pero hoy es más fuerte que nunca. “Las necesidades de habilidades cambian, y si el cambio afecta a un número significativo de trabajadores, se reintegrará al sistema educativo”, dijo Carnevale.
Las colaboraciones con la industria presentan una oportunidad para crear planes de estudio, ayudar a las empresas a satisfacer sus necesidades e identificar las brechas de habilidades que pueden cerrarse con estas alianzas, por lo que se ha vuelto tan popular en los últimos años.
Además, estos programas deben ser un puente entre las necesidades de los empleadores y los estudiantes o futuros empleados. Permitiendo que el estudiante tenga movilidad y habilidades transferibles que se pueden aplicar en diferentes trabajos o industrias. Esto puede representar un desafío para las empresas que buscan empleados y estabilidad a largo plazo.
El ejemplo de Kentucky
En Kentucky existen numerosas iniciativas para reunir a educadores y empresas, lo que convierte al estado estadounidense en un gran ejemplo del impacto de unir fuerzas con la industria.
Uno de los programas más recientes es el Instituto Ignite en el Centro de Innovación de Roebling, que comenzará el próximo ciclo escolar. El instituto permitirá a estudiantes, de grados 9 a 12, realizar un aprendizaje colaborativo basado en proyectos STEAM con una metodología de casos reales de la industria. El objetivo de esta metodología es enseñar habilidades blandas mediante el aprendizaje práctico.
Otro programa, llamado NAViGo, planea capacitar a los estudiantes, indefinidam
ente, revisando los planes de vida de cada uno y abordando las deficiencias detectadas en ellos. Tras descubrir que las tasas de graduación mejoran cuando los alumnos llegan al segundo semestre, NAViGo les proporciona entrenadores de Corporex, un desarrollador local, incluso durante las vacaciones de verano, para ayudarlos a alcanzar el éxito.
ente, revisando los planes de vida de cada uno y abordando las deficiencias detectadas en ellos. Tras descubrir que las tasas de graduación mejoran cuando los alumnos llegan al segundo semestre, NAViGo les proporciona entrenadores de Corporex, un desarrollador local, incluso durante las vacaciones de verano, para ayudarlos a alcanzar el éxito.
Además, desarrolladoras de fuerza laboral, como Grow NKY, han mostrado resultados regionales cada vez mayores en estudiantes de preparatoria que buscan obtener créditos universitarios, mejores calificaciones y encontrar un trabajo después de graduarse.
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